viernes, 24 de junio de 2011

crónicas parlamentarias

El Rodeo le estalló en la cara al MIJ
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A solo cuatro meses después de rendir cuentas ante la Asamblea Nacional (AN), al ministro del Interior y Justicia, Tareck El Aissami le estalló en la cara el problema penitenciario. En el discurso emitido por el titular y en la memoria entregada al Parlamento en febrero pasado, daba cuenta de un sistema penitenciario "en franca recuperación". "Mostraremos en esta memoria y cuenta resultados alentadores, nuevos modelos ya validados en el terreno", expresaba El Aissami, quien ratificó: "estamos resueltos a no cejar en el empeño de encontrar una forma armoniosa y esperanzadora de garantizar la convivencia, de la totalidad de nuestros privados de libertad...". Como si de escupir para arriba se tratara, el ministro mencionó "los grandes hechos de violencia ocurrieron en la década de los 90, en el implotado Retén de Catia en sus últimos años de funcionamiento, en enero de 1994 en la Cárcel Nacional de Maracaibo, o en el Internado Judicial de La Planta". A pesar de que en el año 2004, según dice la memoria, se decretó la emergencia penitenciaria, actualmente, el mismo titular ha admitido prácticamente que el problema se les fue de las manos, de allí el uso de la fuerza para controlar a los más de 3 mil presos de El Rodeo, además de las decenas de motines registrados en las cárceles, en estas últimas semanas. Pero también admitió que para 2010 "el sistema penitenciario alcanzó la población privada de libertad más alta de la historia (...) Al cierre del año pasado presentamos una tasa de encarcelamiento de 154 privados de libertad por cada cien mil habitantes, cifra superior en 40 unidades a la de 2009 y 68 si la comparamos con 2008". Agrega estos porcentajes: "60% de la población penitenciaria total no ha recibido una sentencia definitiva y firme, frente a 40% de la población penada. Resulta aún más alarmante que 59% del total de la población procesada se encuentra en espera de celebración de la audiencia preliminar. Otro factor importante lo constituye el hecho que 81,5% de la población penitenciaria total es primaria, es decir, personas que están siendo procesadas o que han sido penadas por primera vez por la comisión de un delito".

Las cifras

"A pesar de este panorama, la acción del Gobierno Bolivariano, a partir de la implementación del Plan de Humanización del Sistema Penitenciario, ha logrado contener y comenzar a revertir esta realidad, al reducir el nivel de violencia intramuros en el país. Hoy día podemos afirmar que, mientras la tasa de encarcelamiento se ha incrementado al doble entre el año 2007 y 2010, representando un crecimiento de la población penitenciaria en 110%, los porcentajes de fallecidos y heridos en nuestras cárceles ha disminuido, para el mismo período, en 33% y 43% respectivamente". "En total, entre la construcción, recuperación y mantenimiento de infraestructura penitenciaria, el gobierno nacional ha invertido el pasado año 2010, la cantidad de doscientos noventa y siete millones seiscientos cuarenta y cinco mil ciento trece bolívares (Bs. 297.645.113). En total, en el despliegue de las acciones específicas del Plan nacional de Humanización del Sistema Penitenciario, el Gobierno ha realizado una inversión de Bs. 417.643.053) en el año 2010. Se realizaron en total 62 reparaciones menores en el área de infraestructura; 240 reparaciones y mantenimientos a los equipos de refrigeración en todos los establecimientos penitenciarios, lo que expresa 231% cumplido de la meta. Aunado a esto, se aprobaron recursos adicionales por la cantidad de Bs. 1.358.947, para un total aprobado de Bs. 2.661.916. El total ejecutado de esta acción fue de Bs. 1.838.615, monto que representa 69,07% de la ejecución presupuestaria financiera. En el año 2010 se clasificaron 1.754 internos, lo que representa un cumplimiento de la meta física del 58,4%. La razón que limitó el alcance de la meta se debió específicamente a dos factores, el primero a la falta de infraestructura para materializar la clasificación realizada (recuérdese que hay distintos grados de clasificación, máxima, mediana y mínima seguridad). El segundo es que no se cuenta con el recurso humano necesario, para conformar las juntas clasificadoras encargadas de tal labor. En este sentido, se ha mejorado considerablemente la calidad de vida de los privados de libertad". Juzguen ustedes.

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