lunes, 28 de junio de 2010

Parte del Informe del Contralor Clodosbaldo Russián sobre Mercal

Estas son partes del informe que el Contralor General de la República, Clodosbaldo Russián, entregó en el 2009 a la Asamblea Nacional, correspondiente al 2008, en el cual advierte de las irregularidades en Mercal, relacionadas con el manejo de alimentos. El resto del documento está a disposición en la página web de la Contraloría: http://www.cgr.gob.ve/

Lo que dice el informe

“El burocratismo y la indolencia, asedian los propósitos gubernamentales de lograr la seguridad alimentaria de la población”, resaltó” el discurso del Contralor, en la sesión convocada para la presentación de la memoria y cuenta y agrega que “este esfuerzo también se ve limitado y condicionado, en lo que podríamos llamar “aguas abajo” del aparato administrativo, por la persistencia de las viejas fallas de la burocracia gubernamental, que inciden de manera negativa en la concreción de los objetivos dirigidos a garantizar de manera estable, la producción, abastecimiento y distribución de alimentos para la ciudadanía”.
Resalta que “como una muestra de esta situación, la Contraloría analizó en el año 2008, la gestión en los ejercicios 2006 y 2007 de la Misión Mercal, específicamente en los rubros leche, pollo y azúcar, y el desempeño parcial de las entidades creadas por las gobernaciones, en los estados Zulia, Mérida y Yaracuy. En lo que concierne a la “cadena del frío”, aspecto clave en este tipo de actividades, la Contraloría inspeccionó más de la mitad de los establecimientos existentes en los estados Aragua, Barinas, Miranda, Táchira, Vargas, Carabobo, Bolívar, Lara, Sucre, Trujillo, Zulia y Distrito Capital”.
El informe señala que “el reiterado incumplimiento de los planes y la tardanza en la ejecución de los proyectos, influyó negativamente en el abastecimiento de leche, pollo y azúcar. Los niveles de producción, importación y abastecimiento de los rubros  leche, pollo y azúcar, en el periodo de referencia, no fueron suficientes para satisfacer la demanda de los consumidores, entre otras causas, por los retrasos en la ejecución de la mayoría de los proyectos a cargo de la Corporación Venezolana Agraria; la CVA Lácteos, S.A; la Empresa Socialista Lácteos del Alba; y Mercal”.
El deficiente mantenimiento de los almacenes de alimentos y la incuria en el manejo de la “cadena del frío”, ponen en riesgo la estabilidad del servicio estatal de abastecimiento alimentario. Los centros de acopio (establecimientos localizados estratégicamente para el almacenamiento, distribución y venta al mayor de alimentos), los módulos tipo I (puntos de venta al detal) y los frigoríficos (establecimientos destinados al almacenamiento de productos refrigerados), que deben funcionar en óptimas condiciones para garantizar la conservación, calidad e idoneidad de los alimentos, adolecen de serias fallas y deficiencias.
Como muestra, he aquí un apretado resumen de ellas: Instalaciones e infraestructura física inadecuadas, deficiencias en la “cadena de frío” (cavas, cuartos de conservación y congelación, neveras y refrigeradoras) y en las condiciones de seguridad e higiene, por la falta de correctivos oportunos y de un efectivo plan de mantenimiento, por parte de las coordinaciones regionales y de las dependencias administrativas y técnicas de las empresas (establecimientos que le prestan servicios a MERCAL, C. A.; LOGICASA Y LA CASA, S.A).
Fallas en el control contable de las entradas y salidas de mercancías, deficiente programación en las compras y en el manejo de los inventarios, limitaciones en la capacidad de almacenamiento.
A este respecto, nuestras comisiones de fiscalización comprobaron: alimentos almacenados en estado de descomposición, envases rotos y oxidados, inventarios de mercancías adquiridas de manera extemporánea con problemas serios de rotación (en particular los rubros propios de la época decembrina). Los centros de acopio y los módulos tipo I, presentan deficiencias en la ventilación e iluminación; los techos, para el momento de las inspecciones, eran de asbesto (amianto), clasificado como altamente tóxico o peligroso; las paredes, techos y pisos tenían filtraciones, grietas, erosión, defectos de relieve; además no fueron construidos con materiales impermeables que evitaran la acumulación y absorción de humedad; las ventanas de todas las instalaciones inspeccionadas, no contaban con las mallas contra insectos.
En la “cadena de frío” se verificó: equipos funcionando por debajo de la capacidad instalada de congelación; otros inoperativos; algunos con daños severos en las puertas, abolladuras y altos niveles de condensación en su interior, debido a la falta del sistema de cerrado hermético. Algunos de los centros de acopio carecían de equipos de refrigeración.
Con respecto a las condiciones de seguridad, higiene y salubridad, se determinó: inexistencia de permisos sanitarios para el uso de las instalaciones; el personal no contaba con los certificados médicos vigentes; los locales carecían de sistemas destinados a la detección y extinción de incendios.

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